Noche de niebla.
No hay Luna, ha muerto, mañana la entierran.
Por la larga calle andan universitarios errantes, oficinistas a medio gas y repartidores desorientados por el sentido de la vida.
Las farolas estallan a mi paso. Cada vez hay menos luz y la niebla es más densa, hasta que me quedo atrapado entre sus hebras.
Me siento en paz.
(Foto de Almudena Sanz Tabernero)